Argentina y Churchill – Cartas de lectores – La Nación

16 marzo, 2023

El periódico El Comercio publicó el 23 de febrero una nota titulada “Un día como hoy hace 100 años. Poderoso peso argentino”, destacando que “el peso argentino se ha convertido en la unidad monetaria de mayor valor entre todos los países del mundo y que Argentina ha sido el país exportador en gran escala por excelencia, teniendo como resultado que la mayor parte de las naciones son actualmente sus deudoras, incluso Estados Unidos”.

Dando por descontada su autenticidad, sobreviene de inmediato hacer memoria sobre la historia de este largo período, la tarea ciclópea de indagar lo que el gran filósofo Kant llama “el árbol torcido de la Historia”. Sin dudas, las bases de ese período de esplendor se echaron en los 40 años de las presidencias de Mitre, Sarmiento, Avellaneda y Julio A. Roca.

Pasando al desgarrador tsunami que se inició en los años 30 y se acentuó post Segunda Guerra Mundial, sin emitir opinión política pongamos el foco en la mayor tragedia que nos interpela con un dato censado: el 50% de los argentinos menores de 15 años, que son millones, son pobres y carecen de adecuada nutrición, están lejos de una educación de calidad, tienen un lenguaje de 300 palabras que les impide aprender a leer y escribir, no saben las cuatro operaciones matemáticas, básicas para nociones iniciales de lógica, todo ello para aprender a pensar, y ni que hablar del segundo idioma, la lengua franca para integrarse sin fisuras internas a la globalización.

Puesto que en las intensas discusiones ya iniciadas entre los distintos partidos o coaliciones y en el interior de cada cual ese dato no aparece ni remotamente, ya que abordan con exclusividad el déficit fiscal, los necesarios cambios estructurales del Estado y su satélite privado pero no libre, sobrevienen a mi memoria dos oraciones celebérrimas del gran estadista Winston Churchill: la primera al declarar la guerra a Hitler, cuando convocó a una heroica resistencia y advirtió que para ganar habrá “sangre, esfuerzos, lágrimas y sudor”, y la segunda cuando la Fuerza Aérea inglesa ganó la “batalla aérea para el dominio de los cielos”, cuando dijo: “Nunca tantos debieron tanto a tan pocos”. ¡Argentinos! ha llegado la hora de que nos unamos para dirimir el dilema planteado en 1955 por el Premio Nobel de Economía 1974 Gunnar Myrdal, con su libro Solidaridad o desintegración, y al mismo tiempo adoptar como propias las dos declaraciones del gran Churchill, dejando en claro que en nuestro pensamiento la palabra “sangre” no alude a ninguna guerra civil, pero sí a la batalla definitiva contra el narcotráfico; y esfuerzos y sudor es el reclamo a la dirigencia política, empresarios, sindicalistas, y hombres y mujeres que luchan con sus ONG sin fines de lucro. Sumados todos, son “pocos” en relación con la población, pero pueden aportar tanto para tantas decenas de millones de personas que la integran, aún marginadas. Reitero: priorizando la primera infancia y su escolaridad. En Google pueden encontrar el tesoro que nos legó el sublime Immanuel Kant con su “imperativo categórico”, cuyos breves enunciados deberían ser de lectura obligatoria para todo aspirante a cargos públicos y en los programas de estudio previos a la universidad.

Carlos Tonelli
DNI 18.796.008

 

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